lunes, 4 de enero de 2010

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La muerte no es lo que ronda mi cabeza. Es como un fantasma que está presente en la realidad, cada día acecha más. Pero no es lo que asusta, lo que me inquieta.
No me da miedo el desaparecer del mundo 'real'. Me aterra lo que algunas personas deben pasar en vida.
Las enfermedades son algo despreciable, sobre todo aquellas que no sólo causan dolor físico sino que también en el alma.
Nno hay peor enfermedad que no querer, no desear, no anhelar: VIVIR. No hay peor cosa que dejarse morir, que esperar con ansiedad y hasta con resignación no estar más. Es volverse un vegetal, es tirar la toalla sin más vueltas, es abandonar, es irse antes de tiempo.


Me da impotencia ver que no pelea, que nisiquiera le importa, que le da igual. Suena egoísta, pero así lo veo. Dolor, tristeza por que no soporto verla así. En sí, entiendo. En realidad, nunca voy a saber exactamente su vida, las cosas por las que tuvo que pasar, es probable que nunca pueda llegar a la raíz, a eso que guarda y que le hace tan mal. Pero mi comprensión tiene límites. Soy un ser humano, pero más que nada, su nieta.


En cierta forma, ya no está más. Su mente se esfumó, pidió pasaje adelantado a otro mundo. No quiero verla. No quiero ver su cuerpo. Quiero volver a escuchar su verdadera voz. Ya es tarde. Ya se fue. No puedo ver sus ojos desorbitados, escuchar palabras incoherentes, es una extraña para mí. Y no necesito ver su cama vacía, ni lágrimas, ni ropa negra. Porque ya sentí su ausencia. Porque ya es un hecho.

Esta instancia es inútil. No soporto más. Ninguno de nosotros tolera esta 'trancisión'. Tengo importencia por no poder hacer nada para mantener a todos en pie. Ya no hay fuerzas. Y hoy no tengo de donde sacarlas. ¿por qué su cuerpo sigue acá? ¿cuanto más? si ya no hay alma que aguantar.

Donde estés o donde vayas a estar me da igual. Lo único que te deseo es paz. De una vez por todas.


Voy a seguir teniendo en la memoria nuestra foto
Te llevo conmigo, Te Quiero.

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